“La Comparación es Ladrón de la Alegría” según Theodore Roosevelt, y pienso que tiene razón. Siempre la consideré una práctica inútil.
¿Recuerdas haberte enojado enormemente si tus padres o maestros te comparaban con tus hermanos, primos o compañeros de escuela? Te sentías de alguna manera agredido/a?
La comparación comúnmente era motivada para ver si…
lograbas caminar más erguido/a
traer mejores calificaciones
ser más obediente
colaborar en casa sin protestar.
¿Recuerdas las emociones tan desagradables que dicha comparación generaba en ti? ¿Recuerdas? Pues hoy que ya eres adulto depende de ti dejar de hacerlo contigo mismo.
Celebra el ser diferente. Eres único. Eres INCOMPARABLE.
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